“El mundo está lleno de pequeñas alegrías, el arte consiste en saber distinguirlas”, escribió Li Bai, un poeta chino de la dinastía Tang.
Me gustó mucho este aforismo y le queda como anillo al dedo a Polina, socia y directora de una galería de arte contemporáneo. Una mujer simpática, entusiasta y bulliciosa que, por su profesión, siempre ha tenido un ritmo de vida muy acelerado. Su vida ha estado en movimiento constante: originaria de Rusia, creció en Alemania y luego vivió entre Londres, Milán y Berlín, hasta llegar a México hace 8 años. “El arte, la cultura y la creatividad en general marcan mi vida y he tenido todo un abanico de experiencias”, me cuenta Polina y añade: “Obviamente ser madre cambió mi estilo de vida.”
Su hijo Constantin ha tenido la suerte de crecer con muchas prendas hechas a mano porque tiene una abuela tejedora. Además, en todas las fases de sus primeros dos añitos lo han arropado prendas de Dulce de Lana. “Lo primero que le compramos fue el cocoon Apapacha y de todos los demás, mi favorito ha sido el hoodie suéter Baz en rojo que le duró más de 6 meses”, dice Polina.
Ella siempre ha tratado de apoyar a proyectos locales del país en donde vive y detalla: “Prácticamente todos los elementos que une Dulce de Lana son importantes para mi a la hora de comprar ropa para mi hijo: hechas a mano con un material espectacular, buenísimo para la piel y el bienestar del pequeño, elástico, ecológico y hecho para durar.”
También ha comprado varios regalos para los recién nacidos de amigos y le encanta recomendar la marca porque: “Es un proyecto muy redondo que cuida de todo, desde el diseño, el material, los colores y la presentación, hasta la ideología y el concepto”.
Tanto la llegada de su hijo Constantin como la pandemia, han obligado a Polina detener el ritmo de vida acelerado que llevaba; pero positiva como es, me confiesa: “ha sido un cambio radical y ha servido de conocerme a mí misma de una manera muy diferente, descubriendo otros tipos de creatividad y, sobre todo, placeres más simples y genuinos.”
Esto es exactamente lo que quiso expresar el poeta chino y creo que con esta actitud, todos podemos enriquecer nuestra vida.
Vero
