Por qué nos enfocamos en el primer año del bebé

Desde siempre Dulce de Lana ha buscado la comunicación continua con sus clientas y sus comentarios y feedback nos halagan y motivan, pero sobre todo nos ayudan a enfocar, priorizar y mejorar nuestro producto. A menudo nos preguntan por tallas más grandes y por qué no ampliamos la gama.  

Dulce de Lana se ha especializado en ropa de bebé para su primer año, porque sabemos que justo durante este periodo, el diseño y la calidad de las prendas cobran una gran importancia. La lana merino es una fibra 100% natural y por sus cualidades térmicas, hipo alergénicas y anti bacteriales, definitivamente la más adecuada para las exigencias de la epidermis del pequeño.

Cuando nace un bebé está recubierto por la vérnix caseosa, una fina capa protectora formada por 80% de agua, un 10% de grasa y otro 10% de proteínas. Suele formarse en torno a la semana 20 del embarazo para aislar la piel del bebé de los efectos irritantes y la humedad del líquido amniótico. Ayudará en los primeros días después del nacimiento a mantener su temperatura corporal, proteger de la deshidratación y nutrir la piel.

Pero al cabo de unos días la propia piel del recién nacido absorbe la vérnix y queda desprotegida de forma natural, por lo que conviene cuidarla al máximo, ya que es mucho más sensible que la de los adultos. De hecho, es entre un 20 y 30 % más fina que la de un adulto, por lo cual es mucho más sensible a irritaciones e infecciones y además el bebé aún no ha desarrollado todas las defensas para protegerse de determinadas bacterias. 

Durante los primeros meses de vida queremos resguardar a nuestras delicadas criaturas en un capullo y por eso le llamamos el año del cocooning. Empezamos a conocerlos, los tenemos incontables horas en brazos y los cambiamos a cada rato. Es una fase de mucho contacto corporal y por lo tanto, la calidad y delicadeza de la vestimenta del pequeño también es relevante para la mamá y el papá. 

Nuestras prendas son tejidas a mano con lana merino 100% natural, porque sólo así se consigue la textura óptima para los más pequeños: un tejido sano y flexible, que brinda confort y libertad de movimiento y crece con ellos. Asimismo, queremos ofrecer piezas únicas y estamos convencidos, de que el amor con el que fueron hechas por nuestras hábiles tejedoras se transmite, inspirando buenas vibras. 

El primer año del bebé es apasionante, 12 meses en los que tu hijo o hija va a hacer avances impresionantes. Perderás muchas horas de sueño, sí, pero, sobre todo, tendrás muchas alegrías y Dulce de Lana quiere acompañarte cuidando al máximo la piel de tu bebé.

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