
Cuando era pequeña siempre veía a mi abuela con un tejido en las manos y por supuesto a mí y a mis hermanos siempre nos vestían con suéteres de lana hechos por ella. Algunos eran verdaderas obras de arte, pero de eso apenas ahora me doy cuenta…
Mi madre también tejía bastante y por suerte guardó muchas piezas de aquel entonces. No sé por qué, pero ni ella ni mi abuela me enseñaron a tejer y yo tampoco tuve la inquietud de aprenderlo.
Fue hasta hace 3 años, cuando me embaracé, que empecé a interesarme por el tejido de lana porque es la mejor forma y la más sana para abrigar a los niños. Cuando iba a nacer mi bebé, mi mamá vino a México a ayudarme después del parto y le pedí que me trajera los antiguos suéteres que había guardado. Mi hija recién nacida salió de la maternidad con una chambrita hecha por mi mamá. Me hizo mucha ilusión sentir que mi hija, a pesar de haber nacido tan lejos de mi patria, empezara su vida arropada por el cálido tejido familiar.
El otro día llevé a Zoé, ahora tiene 3 años, a la escuela con un suéter que todavía lleva la etiqueta con mi nombre, pues era uno de los que me hizo mi abuela cuando yo tenía la misma edad. Me llena el corazón de amor…
Y finalmente, gracias a DULCE DE LANA, entré de lleno en el mundo de las agujas y me puse a tejer yo misma. Me enamoré de la marca y de sus prendas, especialmente de la colección popcorn. Se puede decir, que fue amor a primera vista, pues me recordó a mi infancia. El clásico suéter de lana merino, hecho a mano con delicadeza, como los de mi abuela, pero con un diseño moderno y diferente.
Después de haber comprado mi primera pieza DULCE DE LANA, Frie, su fundadora, me propuso tomar clases de tejido junto con otras madres. Ha sido y sigue siendo una experiencia muy bonita, pues juntas no sólo aprendemos a tejer y hablamos de patrones, sino que intercambiamos experiencias de la vida y enlazamos amistades muy valiosas punto por punto.
Empecé tejiendo prendas muy pequeñas y sencillas para mi hija, pues para animarme, necesitaba ver que mi proyecto avanzara rápido. Quizás sería mi consejo para principiantes: comienza con algo fácil que se pueda usar, como un chaleco para tu bebé o una bufanda para ti.
Poco a poco fui aprendiendo nuevas puntadas, nuevas técnicas y patrones más complejos, pero, sobre todo, aprendí a diferenciar y apreciar la calidad del estambre. Definitivamente la lana merino es mi favorita. ¡Qué alegría cuando logré terminar un suéter gris estilo popcorn y se lo puse a mi hija! Me sentí tan orgullosa de mi misma y más aún cuando mi mamá me dijo, que era una nieta digna de mi abuela.
Me gusta tener esta actividad manual y parece con cierto don heredado… Me encantan las diferentes fases, desde la búsqueda de patrones y lanas hasta la satisfacción al terminar mi proyecto y ver a mi hija con una prenda única, diseñada y hecha por mí.
Ahora estoy embarazada de mi segundo hijo y para él quiero copiar un modelo hecho por mi abuela. También me gustaría hacerle un saquito para dormir y mil cosas más. Creo que el tejer se ha vuelto un vicio…
Por supuesto le pondré a mi bebé el suéter popcorn de su hermana, que parece nuevo a pesar de haberlo lavado muchas veces, pero también pienso comprarle algo de la nueva colección chunky. Me hace ilusión que las prendas tengan diferentes vidas y espero que mis futuros nietos vayan a usar mis creaciones y las de DULCE DE LANA, pues yo se los guardaré…
Me gusta terminar mi día tejiendo, después de acostar a mi hija y sentada delante de la tele platicando tranquilamente con mi marido. Siento que es una actividad muy relajante y con dimensión familiar y para mí, lo más importante en mi vida es mi familia.